lunes, 19 de diciembre de 2011

ANÁLISIS DEL EQUIPO EMPLEADO

Por: José Antonio Pérez Berrocal
José Ganfornina Moreno (Dibujos)          

        Con estas escuetas líneas no tenemos la intención de hacer un manual de técnica y material, pues de hecho, ya existen en el mercado; sin embargo, creemos conveniente hacer aquí una serie de consideraciones de tipo general que nos pueden ayudar a despejar algunos  conceptos a la hora de la elección del material.
            En el apartado  de las cuerdas, uno de los modelos de “estáticas” que nos ha dado mejor resultado ha sido la TSA de 9 mm.; para grandes verticales en donde no se puede fraccionar cada 20 o 30 m., será mejor esta misma marca pero en 11 mm., pues aunque es algo más cara que otras muchas del mercado, este aspecto no debe tenerse en cuenta cuando de ello depende nuestra seguridad.
            El resto del material como clavos autoperforantes, placas y mosquetones, queda dentro del buen criterio de cada cual, pero es absurdo economizar  cuando de una gran cavidad se trata, porque todo ello seguro que aumentará nuestras incomodidades y disminuye nuestra seguridad.
            Como se ha dicho en otro momento, lo s sacos de transporte no deben ser grandes y esto por dos razones: de una parte el peso que ello representa por su mayor capacidad; y de otra, que en los pasos estrechos dificultaría la progresión obligando en determinados casos a tener que desalojar parte del material del interior del saco.
            Con respecto al equipo personal, ocurre un tanto de lo mismo en el sentido de no desestimar el buscar lo que consideremos como mejor, pues el acople y buen funcionamiento del mismo dependerá nuestra eficacia y seguridad. La sima G.E.S.M. nos ha obligado a probar gran  cantidad de equipos y ello nos ha permitido comprobar igualmente que no todo lo más caro es necesariamente mejor.
            En cuanto a cascos, los sistemas de iluminación mixtos con encendido piezoeléctrico fabricados por la casa PETZL son los que mejor resultado han dado.
            Los monos empleados han sido prácticamente todos los del mercado, y sin lugar a dudad, no inclinamos por el “speleoglis” de TSA, aún cuando los de la casa Petzl no dejen de ser buenos. Punto y aparte dentro de la vestimenta, merece la  ropa interior, pues será la encargada de proporcionarnos el calor y confort imprescindibles.
            Nuestra experiencia ha cristlizado en la confección de un mono en tejido de muletón de Rhovil, que supera con creces a todos los similares existentes en el mercado. Este tejido se encuentra con facilidad en los comercios del ramo a un precio realmente económico y su ventaja principal reside en que al ser termógeno, aún estando mojado, nos mantiene a una temperatura aceptable.
            Del resto del material no nos resta mucho que decir por ser sobradamente conocido a rasgos generales, pero como punto especialmente interesante y desconocido por la mayoría de las personas que emplean como autoseguro el Shunt, queremos reseñar un modo particular de empleo en evitación de accidentes graves. Un miembro de nuestra entidad fue víctima de un accidente (afortunadamente sin consecuencias) por su inadecuado empleo, lo que motivó la siguiente conclusión: (pendiente de dibujo)

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