lunes, 19 de diciembre de 2011

MÉTODO DE EXPLORACIÓN

        La “técnica alpina” implica  de un modo paralelo la implantación de in sistema exploratorio con la consiguiente coordinación de equipos, y de otro, el empleo  de un material adecuado a dicho sistema, que difiere radicalmente de los considerados como clásicos.
            Aquí solo vamos a exponer de un modo sintético el sistema general de exploración de una cavidad de cierta envergadura y que a la luz de nuestras experiencias podría resumirse como a continuación exponemos:
-          los equipos de espeleólogos deberán ser ligeros, autónomos y autosuficientes para la exploración de una zona no demasiado amplia;
-          deberán llevar a cabo su tarea en una jornada de trabajo, que en el peor de los casos durará un máximo de tiempo de 20 a 24 horas.
Se ha comprobado que son preferibles los equipos de dos personas que consigan progresivamente los objetivos previstos por el método de oleadas sucesivas a intervalos de varias horas entre ellos. Este aspecto de los tiempos entre los equipos deberá estar bien coordinado al objeto de no hacerlos coincidir en zonas muy verticales, frías o húmedas, ya que las paradas debilitan de modo extraordinario a los espeleólogos.
Cada equipo transportará una cantidad de material suficiente para su misión, pero se procurará que no sea excesivo, ya que es necesario pensar que la desinstalación se realizará del mismo modo que la entrada, transportando la luz y la comida necesaria para su misión, pero que en ningún modo deberá ser excesiva, para facilitar la movilidad de la pareja de exploradores.
La instalación de vivacs interiores deberá desterrarse a menos que sea absolutamente imprescindible; de cualquier modo, en caso de que esto fuese necesario se procurará adecuarlo en una zona seca y confortable, con los mínimos elementos para que se pueda reponer fuerzas con un ligero descanso y comida y se retome a la superficie lo más rápidamente posible. Es preferible realizar un pequeño esfuerzo más y descansar en superficie, que parar en un vivac interior, por muy confortable que éste sea.
            La realización de otros trabajos que no sea la exploración se efectuarán del mismo modo; se penetrará hasta el punto en que se vaya a trabajar (topografía, fotos, geología, fauna, etc.) sin más peso que el material que se necesita específicamente, para una vez transcurridas las horas que se crean convenientes, emprender el retorno a la superficie. Es preferible una segunda entrada después del descanso, que un incidente a cierta profundidad con los riesgos que ellos comporta.
            En otro orden de cosas, hemos podido comprobar que es muy recomendable el que nuestro equipo esté bien adaptado a nosotros y lo hayamos probado ampliamente en prácticas de pared; esto nos servirá para familiarizarnos con su uso y adaptarlo a nuestra anatomía y para mantenernos en buena forma física.
            Estas recomendaciones pudieran parecer poco importantes, pero desgraciadamente la sima nos ha enseñado en numerosas ocasiones que lo son más de lo que se pudiera pensar.
           

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